Este es un libro escrito por Jose Miguel Mulet, licenciado
en Química y doctor en Bioquímica y Biología Molecular. Trata diferentes temas
a través de los cuales el autor, aprovecha para ir desmitificando algunas creencias
y sensaciones que tenemos hoy en día sobre los alimentos y lo hace apoyándose
en explicaciones científicas. Sobre todo, el autor pretende tranquilizar ante
la preocupación existente frente a la intervención del hombre en la producción
de lo que comemos.
Mulet comienza explicando cómo nuestro cuerpo utiliza los alimentos
que ingerimos. Dice que a pesar del miedo que tenemos de lo químico, eso es lo
que ocurre con ellos en nuestro interior.
Continúa afirmando que todo
lo que comemos es artificial. Desde el momento en que aparece la
agricultura el hombre empieza a intervenir en todo lo que se cultiva.
Él cree
que lo natural no tiene por qué ser mejor. Por ejemplo, se han sintetizado de
manera artificial moléculas de cristales de urea idénticas a las que se
obtienen a partir de la orina. “La palabra natural se refiere al origen, no a
las propiedades ni a la calidad”.
Esta y otras palabas son usadas por los vendedores para
atraer al consumidor. (que se siente atraído por lo natural, ecológico, lo que
está hecho a la antigua usanza…y teme a otros que considera químicos o muy
manipulados por el hombre.)
En cuanto a
la alimentación ecológica, para él
no es más que una marca comercial utilizada para vender productos más caros.
Dice de ellos que además, no por esto son más nutritivos ni menos peligrosos que los
convencionales debido a que:
- Todos los estudios que se han hecho comparando
unos y otros dan resultados similares en cuanto a su valor nutricional.
- La legislación que los regula está aún muy
verde. Limita el uso de ciertos pesticidas por ser sintéticos y permite el uso
de otros que siendo naturales son muy tóxicos para las abejas y son potentes
gases invernaderos, por ejemplo.
- La certificación de los productos ecológicos se
hace una vez al año, previa cita.
“Asustar es fácil”: Gracias a la
intervención del hombre, las intoxicaciones son mucho menos frecuentes y, la
esperanza de vida, a pesar de sentenciarse la industrialización, ha aumentado.
En los años 50-60 utilizar en
los cultivos derivados del arsénico o el mercurio era una práctica muy común,
cosa que hoy en día nos parece una locura.
En cuanto a los conservantes, Mulet comenta: “Muchos
conservantes y aditivos alimentarios se han utilizado alegremente durante mucho
tiempo sin ningún tipo de control y sin que nadie se quejara. En cambio, ahora
que los tenemos evaluados, estudiados y catalogados es cuando nos entran las
manías”. Los conservantes han permitido disminuir el riesgo de intoxicaciones y
mantener la comida durante más tiempo en buenas condiciones, con lo que se tira
también en menor cantidad.
Cambiando de tercio, analiza
algunas dietas que han tenido gran repercusión:
La enzima prodigiosa, cuyo autor alardea
de ser profesor en la Escuela de Medicina Albert Einstein en Nueva York y
vicepresidente de otra asociación de médicos en EEUU. Según se supo después ni
es profesor allí ni aparece su nombre en dicha asociación. Él dice que
siguiendo su dieta no enfermarás ni padecerás cáncer y entre sus afirmaciones se
encuentra está: Hay que tomar alimentos con muchas enzimas. Los que tenemos
alguna idea sobre nutrición sabemos que no por comerlo nuestro cuerpo lo va a
usar tal cual, es decir, tú tomas proteínas y éstas al digerirse se transforman
en aminoácidos que nuestro cuerpo usará en función de lo que necesite.
Otra dieta es la del grupo sanguíneo; Entre lo ridículo que
suena ya desde un principio su nombre y con decir que no basta con decirles tu
grupo sanguíneo, sino que te tienen que hacer ellos mismos una prueba especial
y carísima, nos hacemos una idea de que es más un negocio que otra cosa.
Tras desmentir otras tantas
dietas más concluye: “No hay ninguna
dieta que haga milagros”, “La mejor dieta es la del cucurucho: comer poco y
correr mucho. ¿O no era “correr”?”
COMENTARIO SOBRE EL LIBRO:
En general me ha gustado el
libro, me ha resultado muy ameno e interesante.
He de admitir que al principio
me daba un pelín de coraje leerme un libro que defendía este tipo de cosas,
pero es que luego ese coraje aumentó al no poder rebatirle muchas de sus ideas
(yo no soy experta en Bioquímica y Biología Molecular). Aun así, también debo
reconocer que me he divertido por su manera de escribir y su capacidad para explicar
de manera tan sencilla conceptos que no suelen serlo.
El libro se llama “Comer sin
miedo”, y es verdad que si comparamos cómo se hacían las cosas antes con como
son ahora, sí, me ha tranquilizado un poco. Pero no del todo, sigo en mis trece…Pienso
que los métodos actuales de producir, no por estar más vigilados son inocuos.
Sabemos que existen productos y prácticas autorizadas legalmente que con el
tiempo se van retirando por estar produciendo efectos indeseables y darse
cuenta de esto requiere tiempo.
En cuanto a las dietas que se
hacen famosas, sí que estoy de acuerdo con Mulet. No conozco ninguna dieta de
éstas que persista hoy en día y, es que lo que vende al final, es lo fácil y
rápido. Las personas no están concienciadas o no tienen los conocimientos
necesarios para entender que no solo puedan ser peligrosas para su salud, sino
que además no vayan a mantener los logros alcanzados durante mucho tiempo.